Por: Ivonne Castillo
Cuidar a alguien que atraviesa una recuperación después de una cirugía, una enfermedad crónica o terminal puede ser un desafío enorme para la familia.
Imaginemos la historia de la señora B, quien después de una cirugía estaba pasando por un momento muy complicado. Su mal humor e irritabilidad comenzaron a generar mucha frustración y enojo entre sus cuidadores, quienes no sabían cómo manejar la situación.
Esta situación es muy común. Cuando alguien enfrenta la pérdida de su salud o de su independencia, no solo vive una transformación física, sino también emocional. Es normal que surjan sentimientos de duelo: tristeza, frustración, enojo, incluso rabia. En esos momentos, es fácil que los cuidadores —la familia— se sientan abrumados, tomándose las reacciones del paciente como algo personal.
Sin embargo, aquí está el corazón del mensaje que queremos compartir contigo: cuidar con amor no significa soportarlo todo sin límites, pero sí aprender a entender lo que hay detrás de esas conductas.
Comprender para acompañar
El mal humor, los gritos, la irritabilidad o incluso la indiferencia que muchas veces muestra el paciente son expresiones de un duelo interno. Está enfrentando una pérdida: de su salud, de su capacidad de moverse con libertad, de la vida que llevaba antes. Este proceso no siempre se expresa con palabras; muchas veces se refleja en actitudes que pueden lastimar a los demás sin querer.
Lo primero que debemos recordar es que este dolor no es un ataque contra nosotros. Es una expresión de lo que el paciente está sintiendo. Al reconocer esto, podemos evitar engancharnos, responder con empatía y, a la vez, protegernos emocionalmente.
¿Y el cuidador?
Es imposible cuidar bien a alguien si no nos cuidamos primero. Aquí hay algunos consejos para los familiares que están acompañando a su ser querido:
- Tómense pausas: No tienen que estar disponibles todo el tiempo. Turnarse con otros familiares o buscar ayuda externa les permitirá descansar y recargar energías.
- Hablen sobre lo que sienten: La frustración y el cansancio son normales. Compartir cómo se sienten con alguien de confianza o incluso escribirlo puede ser un alivio.
- Pongan límites saludables: No tienen que aceptar todo tipo de comportamiento. Amar a alguien no significa permitir que nos lastimen, pero sí discernir entre lo que es una reacción impulsiva del dolor y un maltrato consciente.
Amar sin requisitos
Cuidar a alguien es una de las formas más puras de amar, pero no es fácil. Muchas veces pensamos que el amor tiene condiciones: te amo si me agradeces, si eres amable conmigo, si me sonríes siempre. Sin embargo, el verdadero desafío es amar incluso cuando el otro no está en su mejor momento.
Esto no significa permitir comportamientos que nos dañen, pero sí entender que el otro está pasando por un momento difícil. Es entonces cuando el amor se convierte en una elección diaria: elegir cuidar, elegir estar ahí, elegir acompañar, no porque sea fácil, sino porque realmente queremos hacerlo.
Un mensaje para las familias
Si estás cuidando a alguien, como la familia de la señora B que la acompañaban en su recuperación, quiero que sepas algo:
Cuidar puede ser agotador, pero también es un acto transformador. Es en estos momentos de prueba donde aprendemos a amar de manera auténtica, a darnos sin esperar nada a cambio y a reconocer que incluso en el caos del cuidado, hay espacio para la empatía, la paciencia y el amor verdadero.
Si necesitas apoyo o herramientas para transitar este proceso, recuerda que en el Instituto estamos aquí para acompañarte. Nadie debería cuidar solo, y aprender a hacerlo desde la tanatología puede marcar una gran diferencia.
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